Si hay un elemento diferenciador y clave en los autos electricos es su batería: no sólo es el componente más caro, también es el alma de estos vehículos. Su importancia ha sido concebida por muchos como un talón de Aquiles puesto que necesitan un considerable nivel de tensión para trabajar, de igual manera que su densidad energética y sus voltajes también son elevados. ¿Tiene razón de ser este peligro asociado a los vehículos de cero emisiones? A tenor de lo visto en China… puede que sí.
Tal y como informan Drive, el dueño de este auto electrico de la marca BAIC (posiblemente un Baic EX360) estacionó en un aparcamiento de Sanming (ciudad ubicada en el sur de China) que tenía plazas destinadas a la recarga de estos modelos. Cuando lo enchufó comprobó que algo no iba bien: empezó a salir humo del vehículo. Acto seguido llamó a los bomberos para que se dirigieran al parking y apagasen el incendio que se estaba originando.
Así fue: dirigieron el chorro de agua directamente hacia la parte trasera del coche, pero no sirvió de mucho ya que el vehículo eléctrico explotó disparando los paneles de la carrocería en todas direcciones e, incluso, haciendo un agujero en el techo de la estación de carga. Para conocer las causas de esta reacción habrá que esperar a la investigación sobre el incidente, pero todo apunta a algún componente de la batería en mal estado que habría provocado el estallido.
Cómo apagar el incendio de un coche eléctrico
Cabe recordar que un coche eléctrico es totalmente diferente a hacerlo cuando arde uno de gasolina o diésel: usar agua es mejor solución que la espuma u otros químicos secos que muchos departamentos de bomberos usan para otros tipos de incendios. De hecho, la mejor manera de controlar un incendio es como lo hicieron los bomberos de Sanming: manteniendo un flujo directo y enfocado en la batería.
Esto responde a una razón: la estructura de la batería de un vehículo eléctrico se puede dañar produciendo un escape térmico. Éste provocaría un sobrecalentamiento y sería entonces cuando comenzarían a arder todos los elementos que se encuentran alrededor, incluyendo las celdas de iones que se pueden contar por miles.